viernes, 27 de enero de 2012

La 'corbata americana' de la lagartija

La lagartija 'Lacerta agilis' de la Europa central, que mide cerca de veinticinco centímetros de longitud, lucha también según extrañas reglas que ha observado detenidamente el zoólogo Gertraut Kitzler.
Después de la representación previa que intenta intimidar, uno de los machos coge a su rival por la nuca con un fuerte pero inofensivo mordisco, y le mantiene en esta desagradable posición durante algunos instantes. El animal mordido espera pacientemente y sin resistirse durante ese tiempo, hasta que la presión se afloja, y ahora le llega la vez para morder a su adversario en la nuca y así sucesivamente. Este combate alternativo concluye cuando uno de los animales se cansa y se retira huyendo.
Dato curioso es que en la mayoría de los casos el que escapa no es el que ha recibido el primer mordisco, sino el otro. Sin duda, lo que establece la superioridad de un combatiente no es el mordisco, sino la fuerza de resistencia al mordisco. Cuando comienza una riña en una familia de lagartijas, la huida del vencido carecería de sentido, pues rompería la cohesión indispensable para la supervivencia del grupo. Por ello el que ha perdido reconoce su derrota por medio de una fuga simbólica: da la espalda al vencedor y anda cabizbajo por los alrededores unos pocos instantes. Este gesto lo comprenden todos perfectamente, y el vencedor lo admite como testimonio de capitulación, pues en seguida terminan las hostilidades.

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